Mil personas acuden a la cena de gala por el centenario de Casa de Galicia de Montevideo

Asistió la vicepresidenta uruguaya, Lucía Topolanski

Antonio Rodríguez Miranda, Javier Sandro de Liniers, el político uruguayo Enrique Iglesias, Manuel Ramos, Ildefonso de la Campa, el delegado de la Xunta en Argentina y Uruguay, Alejandro López Dobarro, y José Rodríguez Moyano.
De la Campa, Rodríguez Miranda, Manuel Ramos, Jorge Torres y Benito Díez.
En el centro, José Mujica, Manuel Ramos y Lucía Topolanski.
Intervención del director general de Migraciones, Ildefonso de la Campa.

Un millar de socios y amigos de Casa de Galicia compartieron una cena el pasado 6 de octubre con al que se puso el broche de oro a los actos de celebración del centenario de la entidad. En el evento participaron la vicepresidenta del Uruguay, Lucía Topolanski, su marido, el expresidente José Mujica, el director general de Migraciones, Ildefonso de la Campa, y el secretario xeral da Emigración de la Xunta, Antonio Rodríguez Miranda, el embajador español en Uruguay, Javier Sangro de Liniers y el cónsul general, José Rodríguez Moyano.

También acudió el consejero de Empleo y Seguridad Social, Benito Díez Arce, y otras autoridades, para celebrar los cien años de la institución gallega de la diáspora que cuenta con más socios. El evento se desarrolló en los salones del hipódromo de Maroñas.

La ocasión fue señalada por todos los oradores como muy importante, ya que el 1 de octubre de 1917, un grupo escindido del Centro Gallego de Montevideo fundaban por iniciativa de José María Barreiro, la Casa de Galicia, una sociedad de instrucción, recreo, beneficencia y asistencia médica mutual, que luego se convertiría en la que es hoy una de las mutuas médicas más importante de la diáspora gallega, con más de 60.000 socios, un sanatorio modelo en el oeste de Montevideo y policlínicas en la zona metropolitana que abarca a más de un millón y medio de habitantes.

En un principio fue orientada a fomentar la unión entre los gallegos y sus descendientes, así como a proporcionar a sus asociados la asistencia necesaria. Entre sus cometidos también contemplaba honrar a Galicia y fomentar su conocimiento en Uruguay, país de acogida de un buen número de gallegos emigrados y al que se había desplazado Barreiro desde su Baiona natal, localidad marinera de la provincia de Pontevedra.

Posteriormente, las enfermedades fueron aquejando al colectivo gallego y poco a poco, con el apoyo de varios benefactores, se fue consolidando el sistema de asistencia mutua colectiva que hoy desarrolla, con su hospital, las más avanzadas especialidades médicas, entre las que se destaca la cardíaca como una de las más cualificadas de la región.

Festejo entre amigos

El director general de Migraciones, Ildefonso de la Campa, quién destacó el aporte de Casa de Galicia en la integración de la unión y experiencia de transferencia que están registrando las mutuas médicas de la diáspora gallega.

Por su parte, el cónsul general José Rodríguez Moyano, auguraba otros cien años más de vida para Casa de Galicia, mientras que el secretario xeral da Emigración de la Xunta de Galicia, Rodríguez Miranda mejoró la apuesta para desearle vida infinita.

Miranda subrayó que subvencionar la cultura gallega promoviéndola y enaltecer a todas las personas, gallegas o no, que de alguna forma hayan prestado algún servicio a Galicia constituyó otro de sus objetivos, a los que hay que sumar la procura del mayor bienestar posible a la colectividad gallega desplazada a Uruguay y defenderla cuando fuere necesario; apoyar de forma eficaz toda acción de progreso que se emprenda en favor de Galicia y mantener relaciones con las entidades regionales establecidas en Galicia o fuera de ella.

De la Campa y Miranda, que transmitieron el saludo de los presidentes Rajoy y Núñez Feijóo, también aludieron a la labor realizada por la entidad asociativa a lo largo de sus cien años de historia y agradecieron a los directivos y asociados su trabajo y participación activa para mantenerla en funcionamiento en todo este tiempo.

Recordaron y elogiaron a los gallegos residentes en Montevideo, tanto para las primeras generaciones de emigrantes como para sus descendientes que todavía hoy se mantienen vinculados a sociedades como la homenajeada en esta ocasión, afirmando Miranda que de los 41.000 censados en Uruguay, el 70% ya han nacido aquí, pero con acciones culturales como las que realiza Casa de Galicia y las demás instituciones, continúan con el arraigo que en su casa abuelos y padres les han enseñado.

La fiesta continuó con diversión de música y canto, que llevó a los comensales a bailar, cantar y, lo que es fundamental, a reencontrarse con paisanos que hacía tiempo no veían y poder compartir experiencias y transmitir inquietudes a las autoridades españolas que durante toda su estancia amablemente recibieron a todos quienes se acercaban a saludarles.

El cierre estuvo a cargo de la magnífica tarta con las cien velas que soplaron los directivos presididos por Manuel Ramos.