Feijóo pronunció estas palabras en la Cidade da Cultura el pasado 24 de julio, víspera del Día de Galicia, en el acto solemne de entrega de las distinciones otorgadas al expresidente y exprimer ministro de Portugal, Aníbal Cavaco Silva; a la empresaria Isabel Castelo D’Ortega y Cortés, presidenta ejecutiva del Grupo Seguros Ocaso; al presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría; y al concejal de Ermua asesinado por ETA, Miguel Ángel Blanco, cuyo galardón póstumo fue recogido por su hermana Marimar. Un evento marcado por la emoción y el recuerdo de esta víctima del terrorismo y en el que Feijóo tuvo palabras de recuerdo para los afectados por el accidente ferroviario de Angrois, en el que murieron hace cuatro años 80 personas y 144 resultaron heridas.
Precisamente, las víctimas de ese siniestro regresaron a ese barrio de Santiago para exigir verdad, justicia y reparación, puesto que siguen las investigaciones sobre la causa del accidente y aún no hay fecha para el juicio.
En otro pasaje de su discurso, el presidente gallego señaló que el escritor Vicente Risco “discutía con los que decían que Galicia era algo pequeño. ‘Galicia es un mundo’, replicaba nuestro pensador. Galicia es un mundo porque está en el mundo y no deja que los cantos de sirena hagan variar su rumbo. Galicia se hace grande con la unidad”, añadió Núñez Feijóo, quien también reivindicó la “estabilidad” como otro pilar clave para Galicia.
Núñez Feijóo insistió en su mensaje de unidad en su intervención como delegado regio en la Ofrenda Nacional al Apóstol en la Catedral de Santiago, el pasado 25 de julio, día en el que también asistió a la celebración del 52 aniversario de la primera misa en gallego en recuerdo de Rosalía de Castro, que tuvo lugar en la iglesia compostelana de San Domingos de Bonaval.
Los partidos de la oposición también celebraron el Día de la Comunidad, con el PSdeG apostando por un Estado federal que incluya a una Galicia fuerte. Muy llamativa fue la división de los partidos que conforman En Marea, con el sector oficialista por un lado, los miembros de Anova por otro y los de Podemos también al margen mientras el BNG mantenía sus actos habituales.