Fracasa de nuevo la asamblea para proclamar a la lista ganadora de las últimas elecciones en el Centro Gallego de Buenos Aires

Solo acudieron 33 de los 90 representantes elegidos y ninguno de la candidatura vencedora en las elecciones, Breogán, por lo que se solicitó la suspensión del acto

Los socios expresaron su rechazo a la intervención con pancartas.
Martín Moyano Barro, en el centro, interventor del Centro Gallego en representación del Inaes, durante la asamblea.
Aída Díaz López, de pie, al momento de pedir el levantamiento de la asamblea.
Los socios esperan el inicio de la asamblea en la entrada del Teatro Castelao.

Por segunda vez consecutiva, la asamblea de representantes del Centro Gallego de Buenos Aires en la que se debía proclamar a la lista ganadora de las últimas elecciones realizadas en la institución fracasó, al lograr la oposición la aprobación de una moción de orden en la que se determinó el levantamiento de la sesión ante la ausencia de los miembros de la mesa directiva designados en la asamblea anterior.

El raro ambiente que se vivió durante la realización de la asamblea ya podía preverse desde el mismo momento en el que las autoridades de la intervención que encabeza Martín Moyano Barro en representación del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes), organismo del Gobierno argentino que desde hace más de cuatro años está gestionando económica y administrativamente al Centro Gallego de Buenos Aires) convocó a la misma.

Algunos socios de la entidad, reunidos en la Agrupación Castelao (que aún no logró reunir los avales necesarios para ser reconocida como una más de las agrupaciones políticas del Centro Gallego) habían convocado a los socios a manifestarse en el Teatro Castelao, lugar en el que se desarrolló la asamblea, para expresar su repudio a las autoridades de la intervención y exigir la devolución de la gestión de la institución a sus verdaderos dueños, los socios. Muchos de ellos siguieron la asamblea desde el segundo piso del teatro, levantando de tanto en tanto unas pancartas en las que quedaban bien en claro sus reclamos.

El desarrollo de la asamblea misma fue más corto de lo esperado: del total de 90 representantes elegidos en las elecciones celebradas en agosto del año pasado (cabe recordar que fueron las primeras elecciones que tuvieron lugar en la institución desde 2010), solo estuvieron presentes 33, ninguno de ellos pertenecientes a la lista ganadora, Breogán, mientras las restantes agrupaciones políticas (Galicia, Unión Gallega, Celta, A Terra y Salud y Cultura) sí estuvieron representadas.

La sospechosa, por decirlo de alguna manera, ausencia de los representantes de Breogán, cuyo candidato Alfonso Mourente podría haber sido proclamado esa noche como nuevo presidente del Centro Gallego en caso de haberse desarrollado la asamblea con normalidad y logrado la mayoría de los votos de los representantes (en lo que hubiera sido el primer paso hacia la normalización de la institución), provocó la moción de orden hecha voz por Aída Díaz López, de la agrupación Unión Gallega, solicitando el levantamiento de la asamblea.

Según explicó en exclusiva a España Exterior, la razón principal por la que se solicitó la suspensión de la asamblea fue el hecho de que no estaban presentes ninguno de los integrantes de la mesa directiva nombrados en la asamblea anterior, todos ellos integrantes de la agrupación Breogán: “Hemos pedido el levantamiento de la sesión al no haber condiciones para deliberar ya que no hay quien dirija la asamblea, según lo establece el artículo 55, inciso, 3 del Estatuto Social”.

A pesar de que los veedores del Inaes, Maximiliano Ballares y Nelson Arias, intentaron hacer valer la posición de que al haberse declarado nula la asamblea anterior debía designarse una nueva mesa directiva, la oposición hizo valer su reclamo basándose en que las autoridades de la misma, elegidas en aquella ocasión, tienen mandato por dos años desde ese mismo momento.

Asimismo, la oposición también desestimó la sugerencia de los veedores de convocar nuevamente la asamblea a los ocho días. Aquí, la justificación del por qué no aceptaron la sugerencia, fue que la convocatoria a la asamblea que tuvo lugar el día 24 de febrero se realizó en momentos en que muchos socios están de vacaciones. “Ya han hecho un gran esfuerzo hoy, por lo que creemos que se debe designar una fecha más acorde para una nueva asamblea; tal vez es una jugada que quieren hacer para dejarnos a nosotros con un número menor de representantes y no lo vamos a permitir”, señalaron a este medio.

Patricia Pérez, de la agrupación Galicia, calificó de “bochornosa” a la asamblea. “Otra vez fue una vergüenza, pero no podíamos seguir sesionando de esta manera. Es una nueva jugada del interventor y de la agrupación Breogán, porque saben que al no contar ahora con el respaldo de Salud y Cultura no tienen los votos necesarios, como quedó demostrado en la asamblea anterior en la que no pudieron proclamar a su lista”, resaltó.

En la misma tónica, prosiguió: “Haciendo las cosas así el Inaes va a quedar pegado en este desastre que promueve el interventor, que fue el que armó la lista de Breogán para las elecciones. Yo no sé si Moyano responde a los deseos del Inaes en cuanto a la normalización de la institución, hay alguna razón oculta ahí pero no sé lo que buscan”.

Por su parte, Nelson Arias, uno de los dos veedores del Inaes presentes en la asamblea, señaló ante la consulta de España Exterior: “Yo creo que la solución pasaba por ir a un cuarto intermedio, que son ocho días, y ahí se supone que los 90 delegados y la mesa directiva estarían presentes, aunque desconozco el motivo por el que hoy no lo estuvieron”.

Según aclaró, la nueva convocatoria a asamblea debe realizarla la intervención “luego de que se resuelvan los pasos administrativos en función de lo que sucedió hoy”, y concluyó: “Siempre se debe actuar en función del Estatuto. Ahora, si hay otras cuestiones jugando por afuera no es cuestión nuestra. Si hay una mesa constituida que eligió una asamblea, que es lo que han expresado hoy los representantes, esa mesa tenía que haber estado presente”.

Los socios, que aplaudieron cada intervención de la oposición, se retiraron del teatro manifestando a viva voz su rechazo a la intervención, al grito de “ladrones”, “a robar a otra parte” y “el Centro Gallego es nuestro”.