NUEVA EMIGRACIÓN

“El Centro Gallego de Londres y el colegio Cañada Blanch fueron fundamentales para la colectividad”

Entrevista con Marisol Rey, emigrante retornada y concejala de Turismo del Concello de Viveiro

Marisol Rey recuerda con mucho cariño su participación en las actividades con la colectividad en el Centro Gallego de Londres y en el Colegio Cañada Blanch.
Marisol Rey recuerda con mucho cariño su participación en las actividades con la colectividad en el Centro Gallego de Londres y en el Colegio Cañada Blanch.
Marisol Rey recuerda con mucho cariño su participación en las actividades con la colectividad en el Centro Gallego de Londres y en el Colegio Cañada Blanch.
Marisol Rey recuerda con mucho cariño su participación en las actividades con la colectividad en el Centro Gallego de Londres y en el Colegio Cañada Blanch.
Marisol Rey recuerda con mucho cariño su participación en las actividades con la colectividad en el Centro Gallego de Londres y en el Colegio Cañada Blanch.
Marisol Rey recuerda con mucho cariño su participación en las actividades con la colectividad en el Centro Gallego de Londres y en el Colegio Cañada Blanch.
Marisol Rey.

Marisol Rey ejemplifica lo enriquecedora que puede ser la emigración y la importancia que tiene el apoyo de la familia, los compatriotas y las entidades de españoles en el extranjero para mitigar el desarraigo. Pasó su infancia con un pie en el Reino Unido y otro en Galicia y ahora, como concejala de Turismo del Concello de Viveiro, en la mariña lucense, reflexiona sobre su experiencia migratoria.

-¿En qué momentos de tu vida viviste en el Reino Unido? Porque creo que cambiaste varias veces tu residencia y no sé qué influencia crees que pudo tener en tu infancia y adolescencia.

-Nací en Londres y vine para España cuando tenía un mes de vida; regresé a la capital británica con 10 años; volví a los 16 para terminar el bachillerato; regresé a Londres un año después, con 17, y allí viví hasta los 40 años. A lo largo de toda mi vida siempre pasé los veranos en Galicia. Esta circunstancia posibilitó que tuviera una visión totalmente abierta y me hizo madurar antes de tiempo, enriqueciéndome desde el punto de vista cultural, personal, lingüístico, etc. Pude disfrutar de lo mejor de ambos países y de las ventajas que ofrece vivir tanto en una gran ciudad, como es Londres, como en una pequeña aldea, como es Ladrido, en Ortigueira. Este constante ir y venir fue determinante para mi trayectoria vital.

-Como nieta e hija de gallegos, nacida en Londres, lugar donde has vivido y crecido, ¿cuál es tu relación hoy en día con la colectividad gallega? ¿Vas a menudo? ¿Toda tu familia es originaria de Galicia?

-Toda mi familia es de Galicia. Desde que regresé de Londres, vuelvo al Reino Unido todos los años por cuestiones laborales y siempre aprovecho para visitar a la familia que aún reside allí. También suelo aprovechar para volver al Centro Gallego, con el que tuve un vínculo muy especial desde mi infancia -igual que gran parte de la colectividad gallega en Londres-.

-¿Cómo ha sido el vínculo de tus abuelos y padres con Galicia? ¿De dónde eran originarios y dónde se conocieron?

-Mis abuelos maternos son de Ladrido, en Ortigueira, y mis abuelos paternos son de Ponte Nafonso, en Noia. Mi abuelo materno emigró a Londres en 1960, llevando con él a mi madre, que entonces tenía 17 años. Mi madre conoció allí a mí padre -que también había emigrado a Londres con sus seis hermanos-. Mis padres se casaron allí y allí nacimos tanto yo como mi hermano.

-Uno de los dilemas de los emigrantes y sus descendientes es el de la identidad indefinida ya que en el país de recepción son de fuera, mientras que para el país de origen siempre serán los que se fueron. En tu caso, ¿te consideras gallega o inglesa? ¿Y tus abuelos, padres e hijos? ¿Cómo ha influido en ti el hecho de crecer y educarte plenamente en dos culturas? ¿Te sientes integrada en ambos mundos?

-Me siento totalmente integrada en ambos países. De hecho, tanto yo como mis hijos tenemos doble nacionalidad y yo me siento tan gallega como inglesa.

-Así que, ¿consideras que la emigración ha sido una ventaja para ti?

-Como ya dije, mi experiencia me dio la posibilidad de conocer dos mundos que, a la sazón, eran totalmente diferentes. Creo que esto, claro, supone una ventaja tanto a nivel personal como profesional.

El hecho de vivir durante tanto tiempo en el Reino Unido me dio la posibilidad de poder dominar las tres lenguas -gallego, castellano e inglés- a la perfección y esto me abrió muchas puertas a nivel profesional. De hecho, creo que esta circunstancia fue determinante para mi vínculo laboral con el mundo del turismo.

-¿Cómo es tu relación con la colonia gallega y española en Londres? ¿Te ha servido para tu desarrollo personal o profesional?

-Una de las características de la propia emigración es la búsqueda de compatriotas en el país de destino, para establecer relaciones de amistad que, en muchos casos, vienen a sustituir o complementar las relaciones familiares. Cuando estás fuera los amigos se convierten, de alguna manera, en la familia que quedó aquí. La colonia gallega en Londres no era, en este sentido, una excepción. A día de hoy, guardo grandes amistades entre la gente que conocí en aquellos años.

-¿Qué papel han jugado instituciones como el Centro Gallego de Londres o el colegio Cañada Blanch en tu formación como persona y en tu educación? ¿Y en la de tu familia? ¿Consideras que están suficientemente valoradas entidades de este tipo? Además, creo que tuviste relación con el Cañada Blanch como alumna y luego como madre de alumnos, ¿no es así?

-En Londres, el Colegio Vicente Cañada Blanch era el único centro educativo bilingüe de la ciudad. Yo, mi hermano, mis primos y luego mis hijos, estudiamos allí. Yo, incluso, formé parte de la directiva de la ANPA durante varios años, en los que trabajamos a destajo para conseguir el mantenimiento de la ruta escolar, del comedor, obtener subvenciones para libros, etc.

Con respecto al Centro Gallego de Londres, mi familia siempre tuvo un vínculo muy especial. De hecho, tanto mi primo, José Rey, como mi marido, Eduardo Sánchez, o yo misma formamos parte de la directiva. Mi padre siempre colaboró intensamente y mis hijos formaron parte del grupo de baile del Centro Gallego. Como anécdota puedo señalar que, incluso, Eduardo y yo colaboramos adelantando parte del dinero necesario para la compra de la nueva sede del Centro Gallego, que justo se inauguró en julio de 2005, año en el que volvimos definitivamente a Galicia.

Creo, claro, que ambas instituciones fueron fundamentales para la colonia gallega, pues sirvieron para crear unos vínculos y una unión especial entre todos nosotros. Gracias a las actividades que se organizaban -reuniones, comidas, bailes, clases de gaita y danza, etc.-, pudimos transmitir a las segundas generaciones la cultura gallega. Supusieron un punto de encuentro en el que nos podíamos refugiar para superar, de alguna manera, la nostalgia por nuestra tierra y nuestras familias.

-Por tu experiencia personal y en distintos momentos de tu vida, ¿cómo crees que se debe afrontar la marcha de tu país? No en vano, a raíz de la última crisis económica muchas personas, sobre todo jóvenes, se vieron obligadas a hacerlo quizá sin una preparación adecuada. ¿Crees que llegan bien asesorados? ¿Consideras que se necesitaría más ayuda de la Embajada y consulados españoles? ¿Qué camino han tomado o piensan tomar tus hijos?

-En principio, mis hijos no han pensado regresar a Londres. Tienen sus vidas afincadas en Galicia, están muy contentos aquí y, a día de hoy, no entra en sus planes la idea de marchar.

Con respecto a la necesidad de emigrar, me parece muy triste que a día hoy, 50 años después de que mi abuelo se fuese, tengamos que seguir haciendo lo mismo en busca de un empleo que aquí no hay. Dicho esto, y teniendo en cuenta que yo llevo aquí 13 años, no puedo opinar de primera mano sobre el trabajo de la Embajada y consulados españoles en el Reino Unido.

En su momento, yo ayudé a muchísimas personas que llegaron a Londres, ofreciendo mi casa y echándoles una mano con la tramitación de documentación o con la búsqueda de empleo. Creo que ese tipo de ayuda por parte de la gente que ya está instalada allá es fundamental y yo me alegro de haber prestado esa colaboración, pero no puedo saber cómo es la situación a día de hoy.

-¿Te parece que la gente joven, tanto los descendientes de emigrantes como la nueva emigración, sigue interesada en participar en la vida asociativa de la emigración o que habría que ofrecerles nuevas motivaciones para que se involucren en ella y garantizar así el futuro de centros y asociaciones?

-Creo que es necesario mantener este tipo de centros y asociaciones, pues sirven como punto de referencia para las colonias de emigrantes. Cuando yo viví en Londres había dos extremos muy marcados: las familias que se volcaban en la colonia gallega, dejando a un lado todo lo que tenía que ver con la sociedad y la cultura británica, y aquellas otras que rechazaban su origen, dando lugar a segundas generaciones que, incluso, desconocían la lengua materna de sus padres. Partiendo de esa experiencia, creo que la fórmula ideal pasa por un equilibrio entre ambos extremos, manteniendo esas instituciones para garantizar la relación con Galicia pero sin dejar de integrarse en la sociedad, enriqueciéndose de todo lo que el Reino Unido pode ofrecer.

-Volviendo a tu experiencia personal, ¿cómo crees que se debe afrontar la decisión de regresar a tu país? El retorno de la nueva emigración es quizá uno de los retos para los próximos años, además para aprovechar el potencial de conocimiento adquirido en el extranjero. ¿Cuál consideras que sería la manera más adecuada de promoverlo?

-Creo que la decisión de regresar es muy personal, depende de la situación laboral o familiar de cada uno, de las oportunidades que tengas aquí o allá y, por lo tanto, pienso que no es posible generalizar. En mi casa siempre tuvimos claro que queríamos volver a España y, desde pequeños, le inculcamos esa ilusión a nuestros hijos.

De la misma manera que considero que se deberían adoptar las medidas oportunas para que nadie se vea obligado a salir de su país por cuestiones laborales, del mismo modo sería necesario que se estableciesen las actuaciones necesarias para fomentar el retorno de aquellas personas que quieren volver a su país.

-¿Existe interés entre las segundas y terceras generaciones de españoles en establecerse en España? Algún tipo de incentivo laboral o formativo, ¿podría ayudar al regreso de ciudadanos residentes en el extranjero?

-Yo no puedo opinar sobre el interés que puedan tener o no el conjunto de los emigrantes. En mi caso había interés en regresar y así hicimos. Creo que se trata de una pregunta bastante delicada, pues es difícil definir el tipo de ayudas necesarias para aprovechar las posibilidades que podría ofrecer el conjunto de emigrantes gallegos que siguen sintiendo como propia la tierra de origen. En todo caso, considero que es fundamental que las administraciones adopten las medidas oportunas para frenar la emigración y, al mismo tiempo, faciliten el retorno, si así lo desean. Por mi propia experiencia, creo que en este sentido es necesario simplificar los trámites y gestiones burocráticas para el retorno.

-Descríbenos, brevemente, tu evolución hasta acabar en la política.

-Desde hace cuatro años ocupo el cargo de concejala de Turismo, Comercio y Consumo del Ayuntamiento de Viveiro, donde resido. Creo que mi trayectoria profesional vinculada al mundo del turismo fue determinante para poder desempeñar este cargo político, en el que vengo trabajando intensamente con el fin de promocionar este municipio dentro y fuera de nuestras fronteras.

-Por tu experiencia como política y por tu paso por la Administración, en este caso local, ¿crees que la sociedad, en general, los políticos y la Administración, en particular, conocen la realidad de la emigración y de los emigrantes? ¿Qué acciones habría que tomar al respecto?

-Creo que, en general, sí se tiene conocimiento de esta realidad y yo espero que todas las administraciones implicadas se comprometan, de una vez por todas, para adoptar las medidas necesarias para solventar este problema.

-¿Cómo ves el fenómeno del brexit y qué sabes de la inquietud entre los españoles en el Reino Unido?

-A nivel personal me parece un gran error porque hay que tener en cuenta, entre otras cuestiones, que la emigración ayudó durante muchos años a levantar el Reino Unido y que este fenómeno está creando una gran tensión entre la ciudadanía.

-Cuéntanos alguna anécdota de tu trabajo o alguna persona con la que hayas coincidido y que te haya impactado o que esté relacionada con la emigración.

-Gracias a mi trabajo recientemente conocí a una pareja de personas mayores, sin hijos, que llevaban muchos viviendo en un país de Europa y que, después de regresar a Viveiro hace unos años, acaban de tomar la decisión de vender todas las propiedades que tienen aquí y volver a aquel país, a donde marchan tras comprobar que no se acostumbran en su tierra. Esta anécdota me impresionó mucho, me hizo reflexionar, pues creo que es un triste reflejo de la emigración y de la pérdida de identidad que sufren muchas personas que viven esta experiencia.

2 comentarios en ““El Centro Gallego de Londres y el colegio Cañada Blanch fueron fundamentales para la colectividad”

  1. Muy interesante todo lo que dices… Lo reconozco todo. ¿Coincidimos en el Cañada Blanch? Un saludo muy cordial, Andrés Suárez Yáñez

  2. Una cosa no se puede tener doble nacionalidad, España no permite tener otra nacionalidad. Inglaterra te da el pasaporte si te pertenece aunque tengas otro. Mucha gente no se acostumbro al volver a España porque ellos aún pensaban de la España que dejaron no la que se encontraron. Esto les pasa a emigrantes de todo el mundo.

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