El 20% de los sufragios de quienes solicitaron el voto en Uruguay llegaron al Consulado el día 6 de noviembre

Casi 800 papeletas fueron entregadas por correo en una primera jornada de depósito del voto que transcurrió con normalidad

Marta depositando el voto.
Un momento de la jornada.
Juan Fabre acompañó a su hija.
Federico, un gallego emigrado a Venezuela y luego a Uruguay depositando su voto.
Representantes de los partidos, a la izquierda, en la sala donde está la urna.
Colas a la entrada del Consulado en Montevideo.
Vista de la entrada.
Pilar fue a votar junto a su padre.

El 20% de los votos rogados en Montevideo fueron recibidos por correo en la primera remesa que llegó al Consulado en el correo uruguayo, en tanto el primer día la urna llevaba recogidos al mediodía casi medio centenar de sobres.

El cónsul español en Uruguay, José Rodríguez Moyano junto a su equipo de funcionarios, ya tenía preparada la recepción de votantes en una cola diferente a la que ordinariamente se forma en la oficina consular de la calle Libertad para la realización de trámites.

Así es como se observaba una larga cola que daba la vuelta a la esquina, y otra señalizada para dar prioridad a quienes concurrían a votar, quienes el miércoles y el jueves serán recibidos en el horario de 8.30 a 19 horas, en tanto el viernes solo hasta las 13 horas. Aunque el Consulado deberá abrir sus puertas de nuevo el sábado 9 y el domingo 10 de noviembre.

El correo uruguayo, desde el 28 de octubre, había distribuido o notificado a la casi totalidad de votantes a recoger el sobre con los elementos para sufragar.

De acuerdo a la información en poder de España Exterior, los votantes que enviaron el voto por correo al Consulado español montevideano fueron 792 en la primera remesa recogida, lo que es el 20% del total de ruegos, 3.960 confirmados por las delegaciones provinciales electorales.

Una de las primeras en votar fue Marta Reinante, quien con su bastón canadiense aseguró que “votaba por mi abuelo” que vino desde Lugo y se afincó a más de cien kilómetros de Montevideo en el departamento de Florida.

La presencia de votantes se hacía acelerada una vez que sorteaban el control de seguridad de sus pertenencias, y así fue como llegó Federico, un orensano que emigró a Venezuela en 1969 luego de que su padre ya había emigrado a ese país después de la guerra civil, explicando que “yo iba a entrar en el servicio militar obligatorio y con todo lo que pasó mi padre en la guerra civil, me dijo que tú vas a volver a repetir lo que yo viví. En aquel momento había una disputa en África que después afortunadamente Franco dejó sin llegar a un enfrentamiento bélico”.

Sin embargo, resolvió quedarse en Venezuela, allí se casó con una uruguaya, tenía dos negocios y tuvo cuatro hijas, “de las cuales ahora dos están en España, otra en Las Vegas (Estados Unidos) y todavía me queda una en Venezuela, es profesora universitaria”, comentó.

Recordó que “ya en 1989 la situación venezolana dio un vuelco muy grande, yo veía que iba de mal en peor, uno está cerrado y me han expropiado otras propiedades, por lo que llegué a Uruguay con mi señora ya jubilado del seguro social que pagué toda mi vida. Pero hace unos años suspendieron mis pagos que recibía en Uruguay, me los pasaron a un banco en Venezuela, donde yo no puedo entrar en la página web por estar conectado desde el exterior. En conclusión, soy una víctima también porque emigré de un mal (España en 1969) y me fui para otro en Venezuela”.

Con la voz quebrada contestó la importancia que tiene para él venir a votar al Consulado español: “Los pueblos tienen que buscar el rumbo y los políticos tienen la obligación de ponerse de acuerdo. No solamente es importante lo que uno piensa, sino lo que pensamos todos” aseguró.

En la primera mañana de votación en el Consulado de la calle Libertad, además de los dos funcionarios ya con una vasta experiencia en esto de recoger sufragios, también había dos delegados de partidos, el presidente del PP de Uruguay, Constantino Mato y un militante de Unidas Podemos, Manuel Mariño. Justamente este último expresó la importancia de todas las elecciones afirmando que “es deber cívico colaborar en todas las elecciones”.

Consultado sobre qué esperan de estos comicios, Mariño expresó que “esperemos que los resultados les hagan abrir los ojos a los políticos y se pongan de acuerdo para que se abarque todo el estado, repartir mejor las cosas y se tienen que resolver las injusticias”.

En tanto Matos respondió que el “Partido Popular viene creciendo, pero espero que se piense en España, en lo que necesita España y se logre formar un gobierno en conjunto para salir adelante siempre pensando en España y los españoles”.

Ambos estuvieron de acuerdo en afirmar que en el exterior “los españoles necesitamos dejar de tener el voto rogado: una aberración”.

A media mañana ya se habían recogido más de 25 sobres de votación, depositados por emigrantes y sus descendientes. Dos parejas llamaron la atención, una conformada por una joven, Pilar Fabre, que de pequeña fue llevada por su padre Juan Fabre a vivir a España y ahora venía junto a él a votar aquí en Montevideo. Su padre aseguró que “venían a votar porque están muy informados de lo que está pasando en España”.

Caso similar ocurrió con Cesarea Vázquez, una emigrante de Arnoia que llegó a votar acompañada de su hija, Laura, que también iba a votar. Sin embargo, la madre había hecho mal los deberes y vino sin el pasaporte, solamente con el documento de identidad uruguayo, por lo que fue necesario buscar en los registros telemáticos del consulado para comprobar su identidad y habilitarle a votar.

La jornada primaveral sin lluvias previstas para estos tres días, elevará seguramente el número de votantes que llegarán al Consulado para depositar el voto.

 

 

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